Un error con apenas un minuto de juego marcó el devenir de todo el primer tiempo en el campo de Urritxe. Unionistas se encontró con un regalo perfectamente envuelto y hasta con lazo en el primer balón que golpeó desde su área a campo contrario y que parecía cómodo para despejar entre defensas y portero. Corría Santamaría a por él y el intento por ayudar Gaizka salió de su área y quiso despejar de cabeza pero lo hizo desequilibrado, mal y dejando el balón a los pies un Pau Martínez que casi pasaba por allí y solo la tuvo que empujar al fondo de la mallas.
Un gol casi sin querer que pareció sorprender más a Unionistas que al Amorebieta porque cualquier podía pensar que los locales iban a notar el golpe y eso podía ser una buena oportunidad para buscar el segundo tanto por parte de los de Llácer. Lejos de eso, los locales se hicieron con el control del esférico ayudados en buena parte porque Unionistas se fue muy atrás y se pasó buena parte del primer tiempo achicando centros sobre su área o despejando balones desde la zona de la frontal. Es verdad que Iván Martínez no tuvo que realizar ninguno de sus habituales paradones porque tampoco es que el Amorebieta sea una serpiente venenosa en el área pero sí tuvo que detener algún disparo lejano de Ben Hamed y Hervías.
En todo el primer tiempo Unionistas apenas sumó un par de aproximaciones más al área local, con un disparo lejano y flojo de Pau Martínez como único intento por sorprender a Gaizka. El de Blanes fue el que más intención le puso al ataque pero ni el resto de Unionistas le acompañaba ni el campo, muy pesado, daba muchas oportunidades de que el juego fluyera. De la media hora en adelante, cuando el ritmo que intentó imponer el Amorebieta decreció, muchas interrupciones y faltas que evidentemente no favorecían que se viera juego aunque sí ayudaban a correr un reloj que iba a favor de Unionistas.
Esa primera intervención exigida de Iván Martínez se produjo en la acción inaugural de la reanudación, en un despeje a disparo de Hervías que a media altura buscaba la portería con peligro. Pese a ese primer aviso y a unos primeros instantes en los que tenía más posesión el Amorebieta, por fin empezó a crecer el centro del campo de Unionistas y se veía más en juego a Iñaki y Rabadán y eso siempre corre en favor de la creación. Llegaban ahora sí al área con una cabeceo que no pudo concretar Santamaría y un disparo buscando el primer palo de Pau Martínez que optó por ese intento en vez de buscar en el otro lado del área pequeña a un Santamaría sin marca.
Unionistas se daba más cuenta de la oportunidad que podía tener si iba más arriba porque cada vez que merodeaba área del Amorebieta se intuía peligro. Había que proteger la ventaja pero sin renunciar a más porque en el minuto uno tenía el ejemplo de que con cualquier infortunio se puede escapar el botín. Movía el banquillo Guerrero y también lo hacía Llácer, renovando piezas ofensivas dando entrada a Iván Moreno y Jonny.
Eran los minutos en los que se veía más cómodo a Unionistas o con una idea más clara de por dónde quería que discurriera el encuentro, con la situación bien controlada atrás, obligando a disparos lejanos al Amorebieta que siempre estaban en el radar de Iván y esperando alguna salida a la contra que pudieran aprovechar los hombres de refresco que había situado Llácer sobre el terreno de juego. De uno de ellos, de Jonny, partió la acción con la que parecía que se encaminaba el duelo para los de Salamanca porque encontraban en la carrera a Álvaro Gómez que supo sacar ventaja en el control y carrera para plantarse en mano a mano ante Gaizka y batirle con un envió por arriba.
Con 0-2 y lo visto parecía que llegaba el momento de hacer morir el partido pero la realidad quedó lejos de eso porque llegó lo mejor del duelo, al menos para el espectador. Una especie de ruleta rusa en las dos áreas que se saldó con tres goles en siete minutos. De una de esas acciones inesperadas de las que hablábamos cuando el duelo iba 0-1 llegaba el 1-2 que marcaba Íñigo Muñoz tras aprovechar un rechace y la única acción en la que no estuvo realmente contundente la defensa de Unionistas. Un golpe que dejó al equipo despistado y eso lo pagó con un 2-2 inmediato en un disparo desde fuera del área de Carbonell. Increíble porque Unionistas volvía a perder una ventaja clara y parecía que se le podía escapar un partido que tenía en sus manos.
Pero al partido le quedaban más capítulos y en el desmadre total en que se convirtió en ese tramo final, de manera inmediata era Unionistas el que golpeaba en una buena acción de Iván Moreno que se la puso como un caramelo a Jonny que a la segunda apuntillaba.
Era ya el minuto 83 y parecía que Unionistas debía saber aprender de situaciones pasadas y más cuando se quedaba con uno más sobre el campo pero hay lecciones que no parece que no entran ni con sangre y del orden del que había podido presumir en el primer tiempo y durante 70 minutos se pasó a ese desconcierto que acabó con una falta en el tiempo de descuento que Íñigo Muñoz convirtió en un envío envenenado que los de Salamanca no supieron solventar y se acabó convirtiendo en el 3-3 y en dos puntos que parecían en la mano y se acabaron escapando.
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