El primer partido en casa de Euroliga se saldó con victora. Würzburg celebró el reencuentro con la Euroliga con una alegría porque se ganó y además de forma sólida con esa mejora que día a día se busca en el juego del equipo.
Partido coral con Arica Carter y Sika Koné como puntales ofensivos y participación de las 11 jugadoras. La que se llevó la peor parte fue Andrea Vilaró, víctima de un durísimo bloqueo cuando finalizaba el primer tiempo. Sin esperárselo se topó con una rival que la esperaba en mitad de cancha y se golpeó fuertemente quedando tendida sobre el parqué. Fue asistida primero sobre el mismo y después en vestuarios y, como se encontraba un poco mareada, no jugó en la segunda mitad.
Aun un poco 'tocada' cuando acabó el choque, y porque así lo marca el protocolo FIBA cuando hay este tipo de golpes acompañados por sensación de mareos, tuvo que acudir al centro hospitalario para someterse a un TAC
